lunes, 31 de diciembre de 2007

random jukebox, vol.4

Ministry - Stigmata

Todo el mundo debería usar esta canción como fondo musical de su actividad sexual al menos una vez en la vida. Especialmente si se está follando con una persona a la que se detesta. Sexo muerto, sexo en coma.

Oh, you have empty eyes

martes, 25 de diciembre de 2007

navidades negras (y II)

Un cuento de Navidad como cualquier otro, dedicado especialmente a Víctor.

Nicolae, yo y otros grandes sátrapas os deseamos toda la felicidad del mundo en estas fechas señaladas.

lunes, 24 de diciembre de 2007

navidades negras

Chris Isaak - Washington Square

Las navidades resultan menos estomagantes si te las canta el autor de Wicked Game. En este villancico de su propia cosecha, Isaak se pone en la piel de un pobre chico que se ve obligado a pasar las fiestas lejos de la persona que ama, recordando lo felices que fueron el año pasado, cuando estuvieron juntos bajo el árbol y el pesebre. Cuando al final dice "I'm so lonely without you" no puedo evitar que se me escape alguna lagrimilla. Sea la época del año que sea, este hombre sigue siempre igual. Y que dure.

En realidad yo no tengo nada en contra de estas fechas. Sí, la gente es falsa y consumista, exactamente igual que durante el resto del año. La única diferencia real que observo es que estos días el índice de suicidios se incrementa ligeramente.

Lo dicho, sean moderadamente felices e intenten resistir la tentación de meter la cabeza dentro del horno.

viernes, 21 de diciembre de 2007

we are the pigs


Suede - The Wild Ones

Cuando durante el reciente concierto de Brett Anderson sonó esta canción me acordé de unas cuantas cosas. De un tiempo, no muy lejano, en que más allá de rastrear en la arqueología auditiva, me acercaba a la música con la esperanza de encontrar comprensión, un fuego amigo. Y durante esa época la voz de Anderson fue de las que me dio más cobijo. Vayamos al turrón: Aunque haya visto mejores conciertos que el que Suede dio en Razzmatazz en el 2003, aquél sigue siendo el único que me ha hecho llorar. Han pasado cuatro años, y aunque en el 2007 haya visto mejores conciertos, el de Brett Anderson ha sido el que me ha hecho más feliz.

Es fácil chotearse hoy en día de la figura de Anderson, teniendo en cuenta los escasos méritos de sus dos últimos discos con Suede y de la fría (y, en mi opinión, injusta) acogida de sus últimos proyectos. Por eso me reconfortó ver que el Casino de l'Aliança estuviera casi lleno (al menos, en platea), porque puede que ya no tenga la capacidad de convocar 3000 personas con un chasquido de dedos pero, como en el caso de los Manic Street Preachers, una vez pasada la moda, lo que queda es lo verdadero, y por muchas risas que haya, recuerdo pocas actuaciones con un público tan honestamente entregado. De acuerdo, quien me conozca sabrá que me es difícil ser objetivo con Suede y todo lo que le rodea pero creo que en este caso había motivos para la alegría, empezando por el buen ojo que tuvo el artista para escoger el repertorio. Sacó a relucir lo más destacable de su disco en solitario (Love Is Dead, Song for my Father, Scorpio Rising, To the Winter), recuperó el reciente single compartido con Pleasure (Back to Me) y evitó caer en lo obvio estrenando un tema nuevo y echando mano de una nada desdeñable cara-b (Clowns). El resto del setlist estuvo dedicado, sí, a la banda madre, comenzando con un Everything Will Flow que, despojado de su descacharrada producción, se reveló como un bonito tema menor y siguiendo con rescates infalibles (Saturday Night) y joyas para connoisseurs (The Power, By the Sea, Europe Is Our Playground...). Encadenó letalmente The 2 of Us, The Asphalt World, Still Life y Pantomime Horse y acabó con un bis a mayor gloria de So Young, Beautiful Ones y Trash. En ocasiones pudimos echar en falta la electricidad pero no es menos cierto que al repertorio reciente le sienta de maravilla el formato acústico, que hace obvia la deuda de Anderson para con Marc Almond, Scott Walker o, en general, la herencia de la canción europea (salvando todas las distancias, que las hay).

Aunque, siendo quisquillosos, podríamos echarle en cara que no se atreviera a hacer justicia a algunas canciones de The Tears y el hecho de que los arreglos escogidos para trasladar los temas a su versión desnuda fueran muy similares entre ellos (porque la actitud de divo cercano que se gasta el amigo ya la tenemos todos más que asumida) , qué importa todo eso cuando te atraviesan el alma canciones como las citadas arriba. De acuerdo, las letras ahora prefieren el mensaje obvio a la críptica post-adolescente pero, desengañémonos, eso ya se terminó con el Coming Up. Lo que quedó claro es que Brett Anderson sigue siendo un espléndido interprete, que sabe dar a la audiencia lo que quiere y que se encuentra muy cómodo en su faceta actual. Habrá quienes se rían de él, pero en el panorama actual sigue teniendo sentido escuchar lo que nos ofrece quien fuera el frontman del mejor joven grupo inglés de la primera mitad de los noventa.


lunes, 17 de diciembre de 2007

random jukebox, vol.3

Richard Hawley - The Ocean

Lo que tienen arriba es, en mi opinión, una de las canciones más hermosas aparecidas en los últimos años, salida de la pluma de un crooner genuino que, pese a su origen británico, haría buenas migas con Roy Orbison o Chris Isaak. Fiel escudero de Jarvis Cocker, su discografía en solitario no tiene desperdicio (échenle una oreja al reciente Lady's Bridge), pero yo siento debilidad especial por este tema tan majestuoso como sencillo, placido y abrumador, inmenso como el océano en calma (pero recorrido por turbulencias sumergidas). Escuchándolo tengo la sensación de que, a pesar de toda esta mierda, todavía tienen sentido cosas tan simples y demodé como regalarle flores a una chica o ponerse ligeramente nervioso esperando su llegada mientras el sol empieza a ocultarse. Aunque al final siempre acabe solo.

Here comes the wave...

jueves, 13 de diciembre de 2007

Ike Turner. 1931-2007

Ike & Tina Turner - I Smell Trouble

Adiós al padre de este puto invento que llamamos rock. Y además, de verdad, ya que suya es la (oficialmente) primera grabación del género: Rocket 88, junto los Kings of Rhythm (1951). Probablemente como persona dejó bastante que desear (el título de la canción aquí expuesta es profético), pero al césar lo que es del césar.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

kill yr idols, vol.1

¡Y otra más, que ya es casi navidad! Será que un servidor tiene la costumbre de empezar cosas compulsivamente para luego no terminarlas, como en aquella canción de los Smiths. Aquí recordaremos de forma harto jocosa los momentos más vergonzantes de nuestras estrellas favoritas, con amor y absurdidad.

Para estrenarla, nada mejor que un titán con una clara propensión a cagarla (y a que se le caguen encima, si creemos lo contado en Por Favor, Mátame): Lou Reed. El ex-Velvet Underground tiene una carrera llena de picos estelares (Transformer, Berlin, New York...) pero también un numero considerable de simas insondables. Y no hablamos de Metal Machine Music (75), a fin de cuentas un discutible pero interesantísimo esputo ruidista que sigue arañando oídos hoy en día y admitiendo lecturas fecundas, como demuestra la vampirización llevada a cabo por el colectivo Zeitkratzer junto al propio Reed que ha sido editada en disco hace poco. No, aquí vamos a dirigir la mirada al dueto que perpetró en 2001 junto a Pavarotti en una especie de concierto-homenaje organizado por éste último. La gracia está en como destrozan la preciosa Perfect Day a base de hórridos arreglos orquestales, coros de pesadilla y una interpretación muy poco acertada del llorado tenor (el bueno de Lou permanece impertérrito, como de costumbre). La música culta y el rock humillados, apaleados, destripados y rebajados hasta dejarlos a la altura de Il Divo. Y luego la gente se reía de la versión que hacía el pobre Antony (claro, eso fue antes de convertirse en andrógino hype de la burguesía ídem). Si tienen los machos bien puestos, busquen las apariciones de James Brown o Barry White en ése mismo espectáculo, que también parten la pana. Dead can dance.
A falta de imágenes de cuando saca al maestro de tai-chi en los conciertos, completaremos este sentido homenaje con la más reciente de las chifladas colaboraciones de tío Lou con otros artistazos, en este caso The Killers, insignes oriundos de Las Vegas que ya dan bastante risa (cuando no asco) por sí solos, aunque les reconozcamos algún temilla resultón ideal para mover el esqueleto en las fiestas de barrio más modernas (o en el Razzmatazz, que para el caso viene a ser lo mismo). Pero es que esta canción nos embelesa ya desde su naturaleza intrínseca: un single de adelanto para promocionar ¡un recopilatorio de caras b! Eso hace que podamos interpretar esta bazofia llamada Tranquilize como un ejercicio casi conceptual, que eleva al cubo el grado de horterismo habitual en la banda comandada por Brandon Flowers (¡qué nombre, señora!), metiendo guitarras empantanadas, coros infantiles y pasajes heredados de la peor pesadilla hair metal. El vídeo no se entiende, pero parece ser una cosa muy esotérica y de mucha gravedad (cuidado, que la letra hace referencia al líder del mundo y todo). Si es que de tan infame, me gusta y todo. Prefiero eso a que vomiten encima de Joy Division como han hecho con la versión de Shadowplay.

Bueno, vale, es cierto que gran parte de la culpa de estos desastres no proviene directamente de Lou Reed, pero no hay que preocuparse, porque hay patinazos suyos para parar un tren. Y por eso aquí lo queremos tanto, aunque hoy en día se parezca más a una castañera que a la estrella que sin duda es.

martes, 11 de diciembre de 2007

little fury films, vol.1


Keith Griffiths y Brothers Quay - The Cabinet of Jan Svankmajer

¿Otra sección sin sentido? Pues sí, señora, así es. En este caso dedicada a la exhibición de cortos bonitos, finos y de cosas muy intelectualosas. Además, esto tiene para mí cierto componente reivindicativo, dada la disparatada manía que le ha dado a algunos críticos por considerar que el formato del cortometraje no es cine. Otro día quizás me extienda un poco más sobre esta ¿provocadora? sandez, pero ahora toca hacer una breve semblanza del corto en cuestión, una de las obras más destacadas de los hermanitos Quay, genios rarunos donde los haya, cuya obra presenta un grado de hermetismo a prueba de plumillas advenedizos digno de elogio. Un homenaje a otro maestro de la animación (del que también colgaremos cosas), una meditación sobre la fuerza creativa (o algo así) y un viaje a la plena sensación de absurdo.

domingo, 9 de diciembre de 2007

random jukebox, vol.2


Common - The Corner

Mañana, hip hop pata negra en Barcelona. Afortunados los que vayan, aquí nos conformaremos con recordar su cameo en el superlativo concierto que Kanye West dio el año pasado en la ciudad. Precisamente, el autor de Late Registration es probablemente uno de los máximos responsables del retorno triunfal de Common con ese Be editado hace un par de temporadas, y su mano se deja notar bastante, cosa fácilmente comprobable con este vídeo. Elegancia, conciencia, sustancia y respeto por la tradición del género.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Karlheinz Stockhausen. 1928-2007


Sonará tópico, sonará snob, pero hay que decirlo: El sonido ha perdido a uno de sus cráneos privilegiados. Descanse en paz. Su obra, por el bien de todos, debería seguir inquietándonos, ya que sin ella probablemente cosas como los conciertos que acaban de dar Earth y Liars no habrían sucedido nunca. Punto final, pues, a una fascinante aventura en la música moderna (ahora es fácil saber quién ocupará la próxima portada de The Wire).

miércoles, 5 de diciembre de 2007

random jukebox, vol.1


Will Johnson - Commonly Linked

Demos la bienvenida a esta sección de periodicidad tan aleatoria como su nombre y destinada fundamentalmente a disimular la triste y evidente verdad: que, en realidad, tengo muy poco que decir.

Y la estrenamos con un jefe del rock americano reciente: Will Johnson, cabeza pensante detrás de Centro-Matic y South San Gabriel. En las tres ocasiones que he tenido ocasión de verlo (dos con Centro-Matic y una con la Undertow Orchestra, informal supergrupo compartido con luminarias de la talla de Mark Eitzel o Vic Chesnutt) he salido pensando que podría llegar perfectamente a tres cuartas partes del público potencial de los actuales Wilco pero, a saber por qué, sigue girando ante audiencias pequeñas. Esta noche actúa en Barcelona y, aunque me duela el alma, no podré ir a verlo. Pero no me quejo, ya que tengo la esperanza de que a la misma hora Lagartija Nick provoquen algún que otro incendio en el Apolo.

El vídeo corresponde a su anterior visita en solitario a la ciudad, a principios de este año.

martes, 4 de diciembre de 2007

cultura de rebajas

Ayer empecé a trabajar (por segunda vez) en una gran superficie dedicada "al ocio y la cultura" que, gracias a una inteligente imagen de marca, goza de una intachable reputación en su terreno. Ofrece exposiciones, conciertos, proyecciones, debates... Incluso parece solidaria. Resulta lógico que, al lado de otra compañía de grandes almacenes de rancio abolengo, lo tenga fácil, aunque en el fondo sean lo mismo. Siempre parecerá más fiable que te venda una película un muchacho con gafas de pasta y cuatro simpáticas chapas en lugar de un trajeado y engominado individuo con aspecto de facineroso que, al preguntarle por Godard, responde que "no me suena ninguna película con ese título". Pero, insistimos, es cuestión de apariencia.

Para extraer la verdadera esencia, la catadura moral del ente, conviene ponerse guantes y rebuscar en el sitio más bajo al que puede aspirar una obra artística (y el único al que tiene acceso mi maltrecho bolsillo): la caja de los saldos. Ahí he encontrado trabajos de Ornette Coleman, Nino Rota, Marc Ribot o David Thomas (y David Thomas Broughton), entre otros, compartiendo el mismo triste destino que alguna modely fichada por Vale Music en horas bajas con la intención de versionar (ultrajar) a la pobre Kate Bush o una variada representación de músicas del tercer mundo (más o menos) con portadas dañinas de puro coloristas. El mensaje resulta tan cristalino como aterrador: El ente quiere librarse de lo diferente por todos los medios posibles. Pretende eliminar la costra de la otredad, aquello que no encaje con su estudiadísima y hermética percepción de lo que es culturalmente aceptable. Un ataque a tres bandas que tiene como objetivo el arte riguroso (o, hasta cierto punto, "difícil"), el producto de laboratorio que no se molesta en disimular su loable intención de llenar las arcas y servir de posible banda sonora para el perreo de la juventud y por último, aquí ya nos la debemos coger con papel de fumar, las muestras de world music que no se amolden al prisma europeizante. Lo que nos queda es un higiénico y tolerable perfil medio, dentro del cual hay cosas que me pueden interesar mucho, bastante, poco o nada, pero convenientemente señalizado, desprovisto de curiosidad, riesgo o margen de error. Es casi la plasmación en hechos de una hipotética secuela de The Third Reich'n'Roll (1976), aquél magnífico disco de The Residents donde se imaginaba una emisión radiofónica en un mundo donde el bloque fascista hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial. En otras palabras, la idea del arte degenerado nunca ha dejado de existir.

Por supuesto, todo lo anterior puede que solamente sea el delirio de un anormal resentido porque cobrará una miseria, y que el verdadero motivo de todo esto sea que falta espacio en el almacen y hay que arramblar con lo que se vende menos, pero yo sigo teniendo miedo.

En otro orden de cosas, ayer por la noche estas personas humanas dieron un buen concierto de pop supercalifragilistico en la primera velada del Primavera Club:

Einfühlung...

la teoria de Einfühlung, que data de finales del s. XIX, establece de un nuevo concepto entorno al arte.

Esta teoria considera que el proceso de observación también es arte, de esta manera se establece una vinculación directa entre el objeto-obra de arte-y el sujeto –espectador-, basada en la percepción subjetiva del yo.

Esta teoria va más allà, y establece una relación directa entre lo que sentimos observando la obra de arte (percepción subjetiva del yo) y nuestras experiencias personales.

...¿lo que para mi es precioso puede parecerte tan horrible?

lunes, 3 de diciembre de 2007

"menú carbón"

día dos, segunda vez en dos días, una vez por día...siguiendo esta línea, mañana sera día 3, será la la tercera vez en tres días y habrá sucedido, desgraciadamente o por suerte, una vez por día.

¿él que?

pues que se me queme la comida. ni pollo a la naranja, ni lomo con robellones (con lo caros que van los robellones y el pollo!!) han acabado convirtiéndose en un manjar suculento, (deseo con el que no les queda más remedio que soñar al pollo, al cerdo, a la ternera...) sino que de pasar a mejor vida, han sido incinerados en una olla o sartén antiadherente, a la cual se han adherido, y eso lo se bien, porque me ha tocado rascar.

pues después de este trágico suceso que me ha dejado sin comer, por las horas que eran y porque el pizzero se ha presentado justo a la hora que yo me tenia que ir a trabajar, solo me queda rezar para que mañana no me vuelva a suceder y así romper con la cadena de días "carbón" (bautizados de esta manera tan original por una servidora) y pedir a papa nöel que se que en su tiempo libre lee blogs, que me traiga el libro de "la cuina de l'isma" o que en su defecto me pase sus cintas con el programa gravado. (Arguiñano también me sirve, pero es que los chistes y cancioncitas de pueblo, se me hacen un poco pesados.)





Bruuuuuuuce

"I just want to feel your rhythm"

Hoy, tras batallar con el sistema de venta anticipada de Ticktackticket, he logrado hacerme con una entrada para el segundo concierto que Bruce Springsteen dará en el Camp Nou este verano. Una anécdota de épica minúscula, pero me hace una ilusión tremenderrima, ya que en mi humilde opinión se trata del mejor comunicador en activo de la escena rock (y más si hablamos ya de la liga de los grandes estadios).

Para muchos, el novio de Barcelona (en dura liza con Woody Allen) siempre será ese rockero sanote y con un punto AOR (con clase, eso sí). El del video de Dancing in the Dark, vaya. Y así es, pero sólo en parte. Springsteen es también aquél hombre asiduo a los clubs de streaptease (no sería raro verlo en el Bada Bing! que Steve van Zandt-Silvio Dante regenta en Los Soprano). Es alguien que, en su última gira en solitario, cerraba los conciertos con una versión del Dream Baby Dream de Suicide. Es el patriota crítico que no puede evitar darle un abrazo a su nación cuando la ve herida. Es el ganador de un Oscar que, sin hacer ningún ruido, le regala una de sus mejores canciones recientes a John Sayles para cerrar una pequeña gran película (el tema es Lift Me Up y la peli, Limbo) Es el archivista de la memoria colectiva que, hace un año, fue capaz de rescatar un cancionero bañado en folklore y llevarlo hasta una gran audiencia (la cual, no nos engañemos, probablemente jamás comprenderá los sentimientos de los que habla, al menos atendiendo al precio que cuestan las entradas para sus bolos) de forma convenientemente espectacular pero sin que suene a pirotecnia hueca ni a banda de animadores de Port Aventura. Haciéndolo real, un adjetivo que podemos aplicar pocas veces hoy en día.

Para mí es todo esto y mucho más. Como buen genio que es, su personalidad resulta muy difícil de aprehender. Y en ese sentido no hay mejor ilustración posible que la canción que tenéis aquí abajo, una favorita personal: Brilliant Disguise, del todavía no suficientemente reivindicado Tunnel of Love (1987). El título lo dice todo.


domingo, 2 de diciembre de 2007

my party!

En mi caso, llego siempre tarde a la fiesta (culpa, sea dicha, de la renfe) y me paso un buen rato detrás de la puerta antes de tocar al timbre… al hacerlo y al ver que la puerta se entorna, adquiero el color de una frambuesa.

Al entrar tardo varios minutos en situarme allí dentro, de conectar con el ambiente y busco con la mirada alguna botella de algún licor o resigo el camino de copas y vasos que se mueven en manos ajenas. No soy amiga íntima del alcohol pero creo que un Martini en mano y garganta abajo es amigo hasta del peor enemigo.

Si alguien me dirige la palabra lo más normal es que se encuentre con una cara de indiferencia máxima, soy así en las distancias cortas de primeros encuentros.
Quizás alguna hora más tarde el ambiente ya ha calado en cada poro de mi piel y soy parte de la noche y de la fiesta.


A mí tampoco se me da bien presentarme, y de hecho creo que ni hace falta, es algo frio y cadente de sutileza, para conocer y clasificar solo hace falta observar!

Y.



welcome to my dreamhouse

Cuando llego a una fiesta suelo quedarme en un rincón, alternando miradas a mis zapatos (en plan shoegazer pero sin guitarras, vaya) con furtivas ojeadas a mi alrededor buscando desesperadamente una cara conocida. A veces alguien intenta establecer contacto conmigo, me saluda efusivamente, se presenta y yo le correspondo con una mueca torcida que pretende ser una sonrisa cortés y un farfulleo pronunciado a un volumen inaudible. Si a eso le sigue un intento de conversación amigable es probable que el interlocutor huya despavorido a los pocos minutos, porque a mí no se me habrá ocurrido otra cosa que hablar del cómic que me leí la semana pasada, la serie de televisión que me estoy bajando o el grupo absurdo que me tiene robado el corazón en ese momento.

Todo esto, en resumen, es para decir que no se me da nada bien presentarme, así que casi mejor ni lo intento. Además, mi encantadora co-anfitriona es mucho mejor que yo para estas cosas. Pero, de todas formas, espero que encontréis algo de vuestro agrado en esta exhibición de atrocidades. Dad una vuelta, tomaos una copa. Al menos la música es buena.

G.