martes, 11 de diciembre de 2007

little fury films, vol.1


Keith Griffiths y Brothers Quay - The Cabinet of Jan Svankmajer

¿Otra sección sin sentido? Pues sí, señora, así es. En este caso dedicada a la exhibición de cortos bonitos, finos y de cosas muy intelectualosas. Además, esto tiene para mí cierto componente reivindicativo, dada la disparatada manía que le ha dado a algunos críticos por considerar que el formato del cortometraje no es cine. Otro día quizás me extienda un poco más sobre esta ¿provocadora? sandez, pero ahora toca hacer una breve semblanza del corto en cuestión, una de las obras más destacadas de los hermanitos Quay, genios rarunos donde los haya, cuya obra presenta un grado de hermetismo a prueba de plumillas advenedizos digno de elogio. Un homenaje a otro maestro de la animación (del que también colgaremos cosas), una meditación sobre la fuerza creativa (o algo así) y un viaje a la plena sensación de absurdo.

2 comentarios:

Lady Speiner dijo...

A ver. Yo creo que voy a defender al crítico en cuestión sólo por el hecho de que esa frase la dijo en una conversación privada y distendida, no en una conferencia en la que pueda quedar constancia registrada. No se deberían sacar a la luz esas cosas, a mí no me parece bien. Anda que Mario y yo no decimos sandeces. Si nos tuvieran que colgar por todo lo que decimos...

El corto de los Quay una maravilla.

Gerard dijo...

Hombre, si se dijo en un estado de ebriedad, el tema adquiere otra dimensión, admirable incluso. Pero ya sabes que yo estoy a la que salto cuando se trata de dar collejas al mundillo, así que tampoco hay que tomarse esto demasiado en serio. Lo mismo se podría decir a cualquier otra cosa que yo haga.